TINTERO:OPINIÓN“Esto es lo Que Pienso”

«CÓMO CUENTO DE TERROR»

Anoche tuve una pesadilla.  Soñé que México se convertía en un estado narco-monárquico y narco-feudal.  Todos estábamos sometidos al poder y a las decisiones de unos cuantos, sin libertad de expresión, sin democracia, sin respeto a los derechos de los ciudadanos…es más: ¡sin ciudadanía!
¿Fue pesadilla, recuerdo o premonición? Las tres, lamentablemente.
El miércoles, 340 diputados, entre los morenistas y su más reciente compra de voluntades, aprobaron una afrenta contra nuestra república y, por tanto, contra nosotros los mexicanos.  A partir de la fecha en la que entre en vigor, las acciones inconstitucionales que apruebe esta mancuerna del mal, como la reforma judicial, no podrán ser reclamadas ni podrán interponerse acciones legales en su contra.  Como dicen acertadamente algunos periodistas de medios internacionales, aprobaron una reforma que blinda sus decisiones ante cualquier controversia o acción constitucional con la que la Suprema Corte de Justicia de la Nación podría oponerse a nuevas leyes o reformas.
Esto no solo limita los futuros recursos de inconstitucionalidad sino, además, todos los que se encuentran actualmente en proceso.  Las bellezas del congreso se aseguraron de que sus jefes – y ya sabemos quiénes son – reciban toda la protección que puedan.  Porque aunque la reforma al poder judicial sea inconstitucional y dañina, ahora los meros patrones podrán, como ya lo han hecho, podrán, además de decidir quiénes son quienes en el poder local, imponernos jueces y magistrados a su gusto, gana y conveniencia.  Y no podremos hacer nada para evitarlo.
En la época de las grandes monarquías, la corona de los reyes era mantenida sobre sus cabezas por más que sólo la sangre azul.  El poder estaba entonces, como hasta ahora, en manos de quienes contaban con los recursos: familias acaudaladas de siempre, comerciantes en su mayoría, manipulaban a los distintos tronos – la iglesia, inclusive – para mantenerse con él y preservar sus comodidades.  Pero los tiempos han cambiado, y la Revolución Francesa ocurrió hace ya muchos, muchos años.  Los franceses rescataron los ideales democráticos clásicos y reconocieron que todos los hombres son iguales.  Con todo, los poderes ocultos siguen estando allí, sólo cambian de forma y de rubro de negocio.
¿Quiénes están detrás de ésta y de todas las demás barrabasadas que han tenido lugar durante la era nefasta de Morena? No es ningún secreto. Sólo hace falta ver a quiénes nunca se persiguió, con quiénes no se metió López Obrador e, incluso, a quiénes benefició, en segundo plano, con algunas de sus obras de infraestructura – por ejemplo, el Tren Maya -. Todos lo sabemos: esa inacción hoy tiene bañada en sangre a Sinaloa y a todo el resto del país muerto de miedo, desde la frontera sur hasta el norte.  Entonces es fácil suponer quiénes han puesto a los candidatos y concedido los recursos para que esos candidatos lleguen a los puestos.
Con la reforma al poder judicial, el poder se garantiza ser intocable y que la ley no lo persiga.  Y con la aberración aprobada el pasado miércoles, se impide que nosotros, los ciudadanos, demandemos del Poder Judicial que se garantice la supervivencia de nuestra república.
Todo mal.  Todo peor.  Y, lamentablemente, no es sólo una pesadilla.
¡Esto es lo que pienso!

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.