Trump nos hará mejores. Parecería una frase impresa en una camiseta de un fanático de MAGA. Pero bien mirado, podría ser también un reconocimiento a los beneficios, involuntarios y de rebote, que la presión de un buleador puede provocar en su víctima, a condición de reaccionar con madurez y cordura. Si las crisis ayudan a crecer, Trump se ha convertido en un partero de oportunidades, luego de meter al mundo en tanto embrollo. Cuesta trabajo verlo así, pero veamos algunos casos (son ejemplificativos, no exhaustivos).
Uno, la aplicación de tarifas adicionales a todo aquello que no esté bajo el manto del T-MEC y sus exigencias obligará a muchas empresas a alcanzar el mágico 75% de contenido regional (insumos hechos en México, Canadá y Estados Unidos). Compañías que solo llegan a 60 o 50 por ciento de contenido local están buscando desesperadamente proveedores nacionales que les surtan de piezas que antes traían de China, incluso si resultan un poco más caras. Las autoridades y organismos empresariales bien harían en detectar todas estas oportunidades y generar apoyos para acelerar una respuesta.
Dos, a propósito de China. La queja trumpista sobre el desmantelamiento que los productos asiáticos han provocado en la producción local, vale también para México. La industria textil y del vestido, del plástico o el vidrio, del mueble, del juguete o el calzado quedaron devastadas en nuestro país. El gobierno de la 4T seguramente habría iniciado algunas políticas para incentivar al fabricante nacional, pero seamos honestos, nada tendría un efecto significativo si no se detenía el flujo legal e ilegal de la mercadería china y sus centros de distribución. La necesidad de responder de inmediato, y más aún, de hacer algo más radical al respecto de cara a la revisión del T-MEC, obligará a radicalizar esos filtros.
Tres, ligado a lo anterior: en cierto sentido Estados Unidos tiene razón cuando señala que no es posible mantener una zona comercial común si el resto de las fronteras no están selladas o si uno de los socios tiene garitas tan porosas y vulnerables al crimen organizado. Cuando Trump afirma que el castigo de tarifas adicionales dependerá de resolver otras quejas acumuladas se refiere a aspectos como este. Lo anterior ha obligado a poner la mirada en las aduanas, un talón de Aquiles histórico de la administración pública federal por ser una zona de podredumbre e ineficiencia exasperante, fuese manejada por civiles o por militares. Más allá de la prepotencia del vecino, no es mala cosa que eso nos obligue a tomar cartas en el asunto. La seguridad en las carreteras, otra pesadilla crónica invulnerable a los esfuerzos de los gobiernos mexicanos, será una exigencia más en esta agenda.
Cuatro, la presión de Trump respecto a los cárteles mexicanos obedece a motivos demagógicos y electoreros pero, al convertirlo en pretexto para sancionar con tarifas a nuestras exportaciones, ha tenido un impacto mayúsculo en el combate al crimen organizado en México. Al margen de Trump, es evidente que Claudia Sheinbaum tenía el propósito de abatir significativamente los niveles de delincuencia. Pero también es obvio que la necedad del vecino y sus amenazas intervencionistas han obligado a intensificar acciones y generar resultados inmediatos. Al margen de cuál vaya a ser el balance final, el cambio está a la vista.
Cinco, entre muchas consecuencias derivadas de lo anterior, autoridades e instituciones bancarias han comenzado a tomar en serio el tema del lavado de dinero. La sanción aplicada hace unos días en contra de tres instituciones mexicanas provocó una ola de pánico en el sistema financiero. Proceden del Departamento del Tesoro y ni siquiera obedecen a haber sido sorprendidos en complicidad puntual con cárteles de la droga, sino por laxitud en la operación de controles para prevenir el lavado de dinero. Inocentes o no, el castigo es brutal porque constituye una condena de muerte para un banco o una financiera (entre otras cosas derivó en la cancelación del SPEI o transferencias bancarias de los fondos de sus clientes). Ello ha llevado al resto de las instituciones a emprender una revisión exhaustiva del historial de sus usuarios. El cambio de titular de Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que estaba en manos del político Pablo Gómez, es en gran medida un mensaje del gobierno mexicano para emprender un endurecimiento en esta materia.
Seis, lo que la administración de Trump está haciendo en contra de los ilegales es inadmisible. El gobierno mexicano está obligado a hacer algo más efectivo para impedir la flagrante violación de derechos humanos que provocan las redadas y la detención en condiciones inhumanas de tantos paisanos. Pero un efecto secundario de la hostilidad del republicano en contra de la emigración ha sido el fin de las caravanas que cruzaban el territorio nacional. Habría que reconocer que se habían convertido en un problema creciente para los habitantes de las ciudades fronterizas tanto del norte como del sur, y a lo largo de la ruta. La buena conciencia y la corrección política impide hablar abiertamente del asunto, pero la fricción con los vecinos de cada lugar comenzaba a hacerse insostenible. Visto en conjunto, el cierre del llamado sueño americano para tantos paisanos y hermanos latinoamericanos es lamentable. Sin embargo, también es cierto que obliga a cada país a encarar una realidad carente de oportunidades y a buscar otras salidas a esa válvula de escape que es la migración.
Deja una respuesta