En México, de enero a junio de este año, la oferta nacional de gasolina fue de 705 mil barriles diarios. El 25% de la oferta petrolera fue suministrada por el sector privado por una cantidad de 25 Mil barriles diarios de crudo a través de contratos de rondas de enero a junio. La capacidad eléctrica instalada a través de generación distribuida en el 2020 fue de 975 Megawatts. El 38.2% de la capacidad eléctrica instalada en México corresponde a empresas privadas.
En México, todo el sector energético vive un momento inédito, y no por razones alentadoras ya que -cómo nunca- el tema energético se encuentra entre problemas y disputas causadas por la insistencia del gobierno actual de echar abajo por medio de reformas legislativas secundarias y decretos lo que sólo podría revocarse con una contrareforma de la reforma energética del sexenio pasado, es decir, poner cerco a la competencia en hidrocarburos y electricidad.
Hay que hablar con la verdad, no se puede ver ningún beneficio de esta situación y muy poca probabilidad de que jurídicamente se pueda salir avente para que la CFE y PEMEX ganen el terreno perdido frente a los competidores del sector privado, aunque estas no hayan dejado de ser predominantes en el mercado nacional. Hasta el momento, las empresas privadas han logrado la protección de las leyes mexicanas, pero, ante la situación de inminente deterioro del sistema judicial, es imposible construir una base sólida que les dé certidumbre para planear al mediano y largo plazo.
Por otra parte, los consumidores nos estamos perdiendo los beneficios de una competitividad más amplia, que ofrezca energéticos de mejor calidad y a mejor precio, debido a la falta de reglas claras, estables, que den certeza a las inversiones. Mientras todo esto ocurre, México está perdiendo mucho tiempo en un proceso de transición energética que, cada vez, nos deja en peor posición de cumplir con los acuerdos internacionales para mitigar la crisis climática y, desgraciadamente, sus costos no serán palpables en el corto plazo y, cuando sean visibles, quizás ya sea demasiado tarde.
La transición energética va caminando, aunque a veces dé pasos hacia atrás, las empresas hacen su esfuerzo en lo particular debido a los crecientes compromisos para llegar a ser empresas neutrales en carbono; por otra parte, los pequeños esfuerzos en los hogares mexicanos buscan de manera muy particular y cada vez más usar energías renovables.
Deja una respuesta