
El inverbe dirigente del PRI estatal, o es ciego o es muy tonto, ya que no se da cuenta que la militancia ya no está con el, ya no lo quiere ni respeta. El respeto y admiración se ganan, pero el desprecio es el resultado de una serie de decisiones, actitudes y resultados a lo largo no sólo de un trabajo o posición, si no, a través de toda una vida de intentar aparentar lo que no se es. En todos los municipios hay desacuerdo y molestia con la fallida administración y los nulos resultados.
Por otro lado, en su efímera etapa al frente de un medio de comunicación, ahora cerrado, lo buscan a quienes no les ha terminado de pagar como Valeria, Miguel y Gema.
Por otro lado, en los pasillos del mismo PRI sospechan del diputado Carlos Peña, bautizado como el “Yunes de Zacatecas” ya que levantó la mano para aprobar la reforma, y tiene a su hermano José Manuel Peña entre los aspirantes. Y dicen que hay más historias en Río Grande ¡Vaya cosas !

Deja una respuesta