Sin excepción, lo de las “deudas históricas” no es más que un chantaje, basado en un ejercicio de victimismo con fecha de caducidad de hace 200, 500 o 1500 años. Nadie es víctima de lo que sucedió hace siglos con sus presuntos antepasados, sino de condiciones presentes, es decir, que han cambiado radicalmente en todo...