CONTRACORRIENTE
El Fondo Monetario Internacional acaba de emitir una advertencia contundente: México será el único país del continente que entrará en recesión en 2025. Mientras economías vecinas avanzan, la nuestra retrocederá, con una contracción estimada del 0.3% del PIB. El diagnóstico no viene de un medio opositor ni de una consultora extranjera con sesgos ideológicos. Viene del FMI, una de las instituciones económicas más influyentes del mundo.
¿La respuesta del gobierno? Negación. Claudia Sheinbaum y la Secretaría de Hacienda aseguran que México crecerá entre 1.5% y 2.3% el próximo año. Que el FMI “no está tomando en cuenta nuestras políticas públicas” y que los números no reflejan la supuesta solidez de la economía nacional. Es decir, ante la recesión inminente, el oficialismo ha optado por el autoengaño como política pública.
Pero los datos son contundentes. México cerró 2024 con dos trimestres consecutivos de caída económica y los primeros indicadores de 2025 apuntan a una desaceleración aún más severa. El Banco Mundial ha pronosticado un crecimiento nulo. Citi ya habla abiertamente de una recesión técnica. Y la razón no es un misterio: políticas erráticas, caída de inversión extranjera, pérdida de confianza empresarial, una guerra comercial desatada por Estados Unidos y un entorno de incertidumbre institucional generado desde Palacio Nacional con la farsa de la reforma al Poder Judicial.
El problema no es que haya una recesión. El problema es tener un gobierno que finge que no la hay. Que no corrige, que no escucha, que desprecia los datos cuando no le convienen. Y mientras tanto, millones de mexicanos ya la están viviendo: menos empleos, inflación acumulada, estancamiento del consumo, informalidad disparada y proyectos productivos detenidos.
La economía no se gobierna con propaganda. Y un país no se sostiene solo con frases motivacionales desde la mañanera. México necesita un viraje urgente hacia la estabilidad, la certidumbre y, fundamental, el respeto a quienes generan riqueza y empleo. Porque si el gobierno sigue creyendo su propio cuento, la recesión será solo el principio del colapso.
El primer paso para salir del hoyo es aceptar que se está en él. Pero mientras el oficialismo siga celebrando logros imaginarios, el país seguirá cayendo… solo que más lento y más solo.
Deja una respuesta