TINTERO:OPINIÓN Cuauhtémoc Calderón Galván

CONTRACORRIENTE

Zacatecas se encamina a una elección pulverizada. Con varios partidos anunciando que irán por separado —el PRI, Movimiento Ciudadano—, y con los recientes encuentros entre Ricardo Monreal, Carlos Puente y Saúl Monreal, todo indica que se está orquestando una estrategia de dispersión deliberada del voto. No es casualidad. Es cálculo.
 
Y lo más grave, todos están cayendo en esa jugada.
 
Si cada partido lanza su propio candidato a la gubernatura, Zacatecas podría tener en 2027 un gobernador con apenas el 20 % o 25 % de los votos. Un triunfo pírrico. Una victoria que, lejos de significar mandato, revelará vacío. Un gobierno sin respaldo social, sin fuerza política y sin legitimidad moral.
 
Ricardo Monreal, viejo operador del sistema, sabe perfectamente lo que está haciendo. Fragmentar para controlar. Ensanchar la disputa para reducir la amenaza a su grupo. La verdad es que no se construye un nuevo Zacatecas con piezas rotas y con lealtades menores. Se construye con visión, con acuerdos amplios y con sentido de urgencia.
 
Zacatecas no aguanta otro sexenio mediocre. Venimos de dos administraciones que han sido incapaces de enfrentar los retos estructurales del estado. La inseguridad, el desempleo, la migración forzada y la parálisis económica no son inventos de la oposición,son dolores reales de una sociedad que está harta de improvisación, de corrupción y de gobiernos sin proyecto.
 
Una elección tan fragmentada como la que se perfila sería el colofón perfecto para el desastre. Porque no ganará quien tenga más propuestas ni quien represente mejor al pueblo. Ganará quien logre tejer más acuerdos y logre dividir más al electorado. Ganará el cálculo, no la esperanza. Y ese no puede ser el destino de Zacatecas.
 
La ciudadanía debe estar atenta. Hoy más que nunca hay que exigirle a los partidos y a sus líderes una dosis de responsabilidad histórica. No se trata deganar elecciones, sino de ofrecer una alternativa real de gobierno. Y eso no se logra con cinco o seis candidatos peleándose el mismo voto. Se logra con alianzas sólidas, proyectos coherentes y liderazgos con estatura.
 
Si los partidos siguen cayendo en la trampa de Monreal, el próximo gobernador no tendrá ni el respaldo ni la capacidad para transformar nada. Gobernará para unos cuantos. Y será otro sexenio más de decepción.
 
Zacatecas necesita sentido común, sentido de estado, inteligencia y una nueva generación de políticos que entiendan que el poder no es para repartirse entre grupos, sino para servir con visión, con resultados y con dignidad.

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