POR LA ESPALDA
La vida social de las personas está normada por ciertas costumbres a las que solemos llamar etiqueta. Las reglas de la etiqueta están particularmente presentes en los asuntos de estado, y en cualquier evento que merezca relevancia. En ese caso, las formas son lo primero a cuidar: quién se sienta en dónde, a quién se invita, que sitios de honor se disponen, entre otras cosas más puntuales. Un acto como el de ayer por la tarde, evento encabezado por la presidenta de la República, a pesar de realizarse en un espacio de todos los mexicanos – el Zócalo -, también debía mantenerse dentro de lo formal y lo correcto.
Al menos eso intentaron los relacionistas públicos de la presidencia, los encargados de la logística y todas las personas que trabajan por que cosas como la que ocurrió ayer, simplemente, no pasen.
Era un mitin en el que la presidenta Sheinbaum se dirigiría a todo el pueblo de México, pero eso no impidió que se ubicara, en primera fila, a los dirigentes del oficialismo. Entre ellos, los protagonistas de la noticia que inundó los medios y redes durante la tarde: Adán Augusto, Luisa María Alcalde, Manuel Velasco y, sí, Andrés Manuel López Beltrán. La intención de tenerlos tan cerquita era que Sheinbaum Pardo pasaría estrechando la mano de sus correligionarios, sin imaginarse que aquellos cuatro preferirían tomarse una “selfie” antes que permanecer, atentos y corteses, al momento de su recorrido. Morena no se libra de escenas en las que sus integrantes pareciera que dejan claro a quién le servirán de alfombra y a quién ya no les interesa.
Lo que pasó después fue lo de siempre, intentar desviar la atención y corregir con absurdos lo sucedido. Es un partido que transpira traición y que se excusa en “ser del pueblo” para hacer barbaridades; ¡pero es la presidenta, a quienes ellos mismos pusieron allí, la que representa sus intereses y, hoy por hoy, saca la cara por los intereses de todos los mexicanos!
La pregunta en el aire es ¿ya no les interesa juntarse con Claudia, o tener sus favores?. Aguas turbias se mueven desde ahorita en los pantanos guinda. Aterra que Andy López Beltrán mereciera más atención e interés, por parte de los líderes de Morena y verde, que la misma presidenta. ¿Qué mensaje están dando a sus correligionarios? ¿Qué se trama entre ellos? ¿Qué juego se estará jugando en el senado, por ejemplo, o el congreso?
Algo nos queda claro. El mejor interés de los mexicanos no es la prioridad de Morena, ni lo ha sido. Claudia Sheinbaum hará bien si comienza a desmarcarse de quienes le estorban y se enfoca, prioritariamente, en trabajar por el país que la eligió como su presidenta. Es una mujer preparada, y ha de ser muy inteligente: tiene lo que hace falta para que reconozca quién la deja sola y en quiénes no puede ya confiar. Tiene tiempo para hacer los movimientos correctos, y para terminar con bien su gestión, lo tiene, veamos que sigue.
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